domingo, 26 de febrero de 2012

El sueño encontrado

Por: Hirau Munenaka

Han pasado 40 años desde que me despedí de ella y de mi sueño,encontrándome mirando al vacío, a ese pasado que no quiero olvidar pero tampoco quiero recordar, viendo en las olas del mar los recuerdos que inundan dentro de mi corazón como destellos que vienen y van dentro de mi cabeza, al igual que las olas vienen y van en la orilla del mar.


Todo comenzó cuando ella me pidió que fuera tras mi sueño, ese sueño que siempre me fue negado mirándome con una sonrisa tierna y una mirada cálida, haciéndome creer que todo era posible. Mientras la observaba pensaba que era como una estrella que brillaba en lo alto de la galaxia ya que esa era la luz que irradiaba.



Por supuesto mi familia nunca la acepto ni a ella ni a ese sueño, ya que ninguno de los dos estaba a la altura de nuestro rango social, decían que manchaban el apellido de la familia y eran un estorbo en mi vida, ¿absurdo no?, lo que me hacía feliz ¿era lo que me obstaculizaba?

Esos días con ella a mi lado y en la búsqueda de ese sueño, puedo decir con franqueza que pase los mejores momentos que recordaré por el resto de mi vida, esos recuerdos pasando los días paseando en el parque, viendo los paisajes de los cuales nunca me había percatado y sintiendo una felicidad dentro de mi que ni el dinero me había logrado dar.


Sin darme cuenta me había trasladado a su mundo interno y me había convertido en una persona real, auténtica con sentimientos que no sabía que tenía.


Pero esa felicidad no duró mucho, pues mi familia se propuso separarnos amenazándola tanto a ella como a mí, sin embargo no terminamos por las presiones sociales en lugar de ello decidimos no hacernos daños y separarnos para poder cumplir nuestros destinos.


Se preguntaran ¿Cuál era el sueño que abandone y porque dije que ese sueño se me había negado? Es muy sencillo si lo piensan mi sueño era ella, sin embargo yo sabía que no podía estar con ella.


Han pasado 40 años desde que me despedí de ella y de mi sueño y es después de 40 años que por fin ella y mi sueño han regresado a mi, ya no somos los dos jóvenes contra el mundo ahora somos dos personas que desean vivir sus últimos días juntos y felices como aquellos momentos del parque y de los paisajes que vivimos juntos y para volver a recorrer los caminos que nos destinaron a estar juntos como el primer día.

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