domingo, 29 de enero de 2012

Un amanecer... un anochecer

Por: Hirau Munenaka

Veo como termina un amanecer y empieza un anochecer, sentado en un largo viaje… solo una ventana me separa del mundo real… Alzo la mirada y observo chispas de luces, de todo tamaño y luminosidad; me recuerdan a ti.



Se enciende la llama de mi esencia que guarda mi corazón, bombeando sentimientos por todo mi cuerpo cansado y agotado por el pesar de la noche, que aun guarda energía para activar el portal de las sensaciones. Aquel portal con el cual quiero emitir un mensaje, y con el que alguna vez te canté la sinfonía de mi corazón.

Por alguna razón me agito… Será el espacio cerrado y el humor de las almas que me acompañan, que sofocan y complican mi deseo de expulsar tan solo dos variables que sumadas forman un mundo, que sigue siendo de ambos?... Sea cual sea el pretexto necesito y quiero sumarlas y parir este mundo por segunda vez.

Que complicado y agotador parece, más aun, cuando las cuerdas que impulsan este deseo tiemblan por doquier y traban el camino sin sentido... Qué sucede? Aprieto con manos fuertes el cuero que abraza mi cuerpo por detrás y transpiran como si fuese a guerra. Mi respiración se multiplica, expulsando fuertes corrientes de aire que podría romper paredes y puertas con ella… Mis bellos se erizan, como cuando alguien te sigue sospechosamente en el oscurecer… Y mi vista se nubla, quedando ciego de emoción.
Tan, pero tan mirífico y complicado es este camino que me lleva a un mismo paradero… paradero donde al llegar pude… PORFIN!!!! Pronunciar, TE AMO…Son las dos variables, las dos palabras que sumadas puedo formar este mundo que solo es nuestro... El viaje es largo pero al saber lo que me espera al bajar de este bus me emociona mucho más soportando lo todo…

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