sábado, 28 de enero de 2012

Desencuentro

Por: José Ponce de León

Hoy con una neblina cargada de nostalgia y un silencio tibio desperté, con la esperanza de poder ver a ese entrañable amor que añoro con desespero, Ella sabe que iré a verla, pero no sabe lo que llevo dentro de mí, que es desbordante, aunque mi faz timoratamente muestre algo.


Rápidamente estoy en camino, dentro de una plazuela donde todos se miran inmutada mente y el color es grisáceo acompañado por un sonido perturbador sin alma que armonice la plazuela

Abrí mis cortinas y observe tras el cristal tembloroso un paisaje que iba cambiando rápidamente el escenario, interminable era mi camino lleno de vicisitudes, alegrías, llantos, peleas, gritos, silbidos y sonidos descontrolados que me hacían perder la razón y me ubicaban en el limbo, cual estupefaciente más eficaz para una muerte lenta.

He perdido el sentido del tiempo, tiempo que va pasando y mi cariño será.

Mi desespero es inminente por la angustia que me mata por ver ala zamba de mi esperanza que es dada como un amanecer, como un querer.

El tiempo va pasando y cada vez mi desespero se agudiza. Llegar es necesario y poder salir de este ataúd para ir rumbo a tus brazos, pero este tránsito hacia ti se me hace una odisea.

Hoy.

Mañana temprano llegare tembloroso transportado por este ataúd móvil, que no me deja estirar ni mis piernas, menos respirar como uno debe.

Bien valdrá la pena pasar lo que ha de pasar, para ver a mi zamba, sueño del cual no deseaba despertar nunca, pero un movimiento brusco acompañado por un concierto de gritos me hizo despertar y ver una escena gris acompañada por un viento gélido, amanecer del cual Salí vendito, sin embargo así embriagado de emociones corriendo en busca de ella fui.

Grande la sorpresa seria cuando llegue al jardín, la flor más hermosa había sido arrancada de raíz.

Mañana temprano la volveré a ver más allá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario